domingo, 26 de abril de 2009

Cada toxico utilizado, así como cada individuo que se entrega a las drogas tiene su formula química o personal respectivamente, lo que le confiere ciertas características determinadas. Por ello, mientras la razón no abandone al sujeto, o no se halle eminentemente perturbada, siempre habrá la posibilidad de que este se libre de la esclavitud, bien que con menor o mayor dificultad, según el toxico de que se trate.
Muy recientemente, el problema ha tomado súbitamente un carácter especial (por no decir dramáticos) pues la juventud se ha lanzado al consumo de los tóxicos en tal proporción y con tal intensidad que el problema resulta en extremo alarmante. He aquí la declaración del ex presidente Nixon: “Una de las grandes tragedias del decenio trascurrido es que nuestras escuelas, donde los niños deben aprender las maravillas de la vida, son frecuentemente los lugares en donde aprenden a vivir y a veces a morir drogándose. Ninguna de las funciones de nuestra administración es mas importante que la de velar por los niños y el publico sean correctamente informados de este problema por medio de la educación”
El toxicómano sufre un deseo invencible o necesidad imperativa de utilizar la droga y de conseguirla por cualquier medio que sea. Por lo general, se necesita un aumento continuo de la dosis para mantener los mismos efectos iniciales; también se nota dependencia de orden psiquico o físico.
Así es, las investigaciones demuestran que un gran numero de adultos y cada vez mas adolescentes dan mal uso a medicamentos recetados con tal de relajarse, combatir la ansiedad, mantenerse activos, perder peso o sentir euforia. En la lista de fármacos utilizados con estos fines figuran algunos que suelen tenerse en el botiquín, como los analgésicos, sedantes, estimulantes y tranquilizantes. También se incluyen productos que en ciertos países se despachan si receta medica, como somníferos, descongestionantes y antihistamínicos.
Esta situación constituye un problema mundial que va en aumento. Hay lugares de África, Europa y el sur de Asia donde el abuso de medicamentos de venta con recetas es mayor que el consumo de drogas, y en Estados Unidos dicho abuso supera al de casi todas las drogas, excepto los derivados del Cannabis. Un periódico estadounidense informo hace poco que la cantidad de adolescentes que (abusan de los fármacos de prescripción rebasa el numero de adolescentes adictos a la cocaína, heroína y metanfetamina). Tanto es así que la falsificación de recetas médicas se ha convertido en todo una industria.

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